La ciclovía construida en Mérida permitirá una reducción en la contaminación ambiental, pues las personas optarán por las bicicletas en lugar de los vehículos, y por ende, habrá una disminución en el consumo de los combustibles fósiles, afirmó el especialista del Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY), Luis Carlos Ordoñez López.
Destacó la importancia de fomentar el uso de bicicletas, pues al mismo tiempo que se fomenta el ejercicio se procura que las personas dejen de utilizar sus automóviles.
A través del Plan de Infraestructura de Ciclovías, el gobierno del Estado construyó cerca de 71.7 kilómetros de ciclovías nuevas, con un presupuesto superior de 140 millones de pesos.
Los tramos construidos son del de Paseo de Montejo-Entronque Dzibilchaltún, con una distancia de 15 kilómetros; Zona Norponiente, 21.15 kilómetros, Norte de Mérida–Ucú, 15.5 km y Zona Sur, 20 kilómetros.
El investigador de la Unidad de Energía Renovable del CICY indicó que para el mejor aprovechamiento de las energías limpias, y por ende, disminuir la contaminación, es necesario que Mérida cuente con un sistema de transporte público de pasajeros eléctrico, así como la reorganización de las rutas.
“El transporte público de pasajeros es el principal consumidor de energía, y todos utilizan combustibles fósiles, pues se requiere que sean eléctricos”, acotó.
De acuerdo con el Instituto de Movilidad y Desarrollo Urbano Territorial (Imdut), son 676 mil viajes que realizan diariamente las más de mil 200 unidades que circulan en la ciudad.
Al mismo tiempo, los ayuntamientos deben optar por contar con lámparas led de alumbrado público que sean ahorradoras de energía, añadió el integrante del Consejo Estatal de Energía Renovable del Estado de Yucatán.
Recomendó al gobierno del Estado así como al Ayuntamiento de Mérida a que incorporen fuentes de energía renovable a sus programas, estrategias y servicios, para disminuir el consumo de combustibles derivados del petróleo.
Mencionó el caso del bombeo del agua a través de la energía eólica o fotovoltaica, u otro tipo de aprovechamiento de energía limpia, como es el hidrógeno.
Resaltó que el CICY desarrolla energía propia, principalmente con el uso del hidrógeno, pero también realiza investigaciones con celdas solares, además de biocombustibles.
Ordoñez López destacó el aumento del consumo del gas natural, y ya se empezó a utilizar otras fuentes, y hay al menos tres permisionarios de “Energía Renovable de la Península”, cuya central está en San Ignacio, comisaría de Progreso, con capacidad de 90 megawatts, así como “Fuerza y energía limpia de Tizimín”, con capacidad de 76 MW, y “Eólica del Golfo”, en Dzilam de Bravo, con capacidad de 70 MW.
También está el permisionario Basol San Ignacio, en progreso, con una capacidad de 18 MW, y Photoemeris Sustentable, en Justicia Social, comisaría de Peto, con 30 MW, ambos con aprovechar la energía fotovoltaica.
Explicó que el CICY forma parte del Consejo Estatal de Energía Renovable de Yucatán, el cual tiene por objeto el coordinar, fomentar y recomendar acciones que contribuyan a la transición de un modelo energético sustentable ambiental, social y económico.
También busca la construcción de capacidades y tecnologías, además de la promoción de financiamiento para proyectos en temas relacionados con el sector de energía renovable.
El especialista inauguró el Ciclo de divulgación: La ciencia en pro de la sociedad, con el tema “Oportunidades en la consolidación de las energías renovables en Yucatán”.