Por: René Duperón
¿Un mega estadio dentro de la ciudad? Tal vez la idea suene descabellada, tal vez suene a caballada, pero tal vez no lo sea tanto.
Estamos en una época en la que se rompen paradigmas, en la que se atenta contra el status quo, es decir, lo que dicta lo establecido y, en su lugar hacer cosas diferentes.
Es tiempo de cambiar el chip de desarrollo expansivo que por muchos años tuvo Mérida.
Con la visión “antigua” cuál sería la fórmula que tendría que seguir el Estadio Sostenible de Yucatán.
En primer lugar se buscaría un lugar bastante alejado de la ciudad para construirlo, lo cual implicaría no solo devastar un espacio sino además tener que construir infraestructura urbana que solo se utilizará para el mencionado estadio.
Ahí tendrán que invertirse recursos públicos para construir vialidades que permitan el acceso, tendrá que dotarse de alumbrado público, tendrían que construirse líneas eléctricas adicionales y otros gastos que corrererían a cuenta tanto del Ayuntamiento de Mérida como el Gobierno del Estado e instancias federales.
Un ejemplo de la desconexión de un espacio de esparcimiento con respecto a la ciudad es el Coliseo Yucatán, hoy Foro GNP, el cual por cierto está en desuso desde que llegó la pandemia.
Hoy es prácticamente un “elefante blanco” y nadie aprovecha la infraestructura urbana que en su momento tuvo que hacerse, la cual fue millonaria pero solo se utilizaba por unas horas cuando había conciertos.
¿Es justo destinar millones de pesos en recursos públicos para tal infraestructura urbana? Los tiempos no están para eso, además de que no sería justo hacer ese gasto cuando hay otras prioridades.
¿Por qué no aprovechar al máximo la infraestructura urbana que ya existe? La zona norte es una de las más modernas en vialidades y la que cuenta con los mejores servicios. ¿Por qué dejar que solo los utilicen unos cuantos?
Por economía, por ecología y por muchas razones que más adelante se verán, no es tan caballada la construcción del Estadio Sostenible de Yucatán dentro de la zona más urbanizada de Mérida.
El cambio siempre es bueno… y si es de mentalidad, mucho mejor.