Para el mexicano, ser Guadalupano es algo esencial, y pese a las restricciones que ha generado la pandemia del Covid-19, desde diferentes destinos, los fieles devotos a la Virgen de Guadalupe se han hecho presentes desde muy temprano en la Iglesia de San Cristóbal, para venerar a la “Morenita del Tepeyac”.
Aunque en días pasados, la Arquidiócesis de Yucatán dio a conocer que las festividades en el Santuario Guadalupano se llevarían a efecto con una serie de limitaciones, incluso se hizo un llamado a evitar aglomeraciones, la población no ha dejado de demostrar su fe con distintas manifestaciones.
Los grupos de antorchistas han cumplido a la cita con la Virgen, con recorridos desde Ixil, Seyé, Progreso o Ciudad del Carmen y Escárcega, Campeche.
“Sabemos de la pandemia, pero no podíamos fallarle, cada año así le agradecemos y le devolvemos un poco de lo que ella nos da”, expresó Juan Hernández Reyes, quien arribó con el conjunto carmelita.
“Ella nos cuida, tanto del Covid, como de los peligros que se presentan en las carreteras”, señaló por su parte, Regino López Ruelas.
Los hermanos Juan y Francisco Romero Zúñiga, originarios de Escárcega, no ocultaron su satisfacción por alcanzar el objetivo y lo reflejaron con una enorme sonrisa.
“Cansados, es un largo recorrido, pero vale la pena, es por ella, por nuestra madre (Virgen). Sólo le pedimos salud para nosotros, para nuestras familias, más ahora con todo lo que estamos viviendo”, indicó Juan.
En bicicleta, en moto, en automóvil o decenas de peregrinos a pie, pero para los guadalupanos es fundamental llegar, como un grupo de progreseños que arribó en una camioneta abarrotada y cuya sirena retumbó en toda la zona de San Cristóbal.
Igualmente, destacaron unos jóvenes originarios de Ixil, quienes decidieron trasladarse hasta la capital de la República y desde ahí retornar a Yucatán con diversas imágenes de la Morenita.
El ingreso de los feligreses de todas las edades al Recinto Guadalupano se ha llevado de forma controlada, lentamente, guardando la sana distancia y sin permanecer demasiados minutos en el interior de la Iglesia.
La puerta Oriente del Santuario, a unos metros de las oficinas, ha funcionado como entrada y la salida se ubicó en el costado Sur. La Parroquia reportó la visita de cerca de 400 devotos por hora.
“Ni modos, así es todo ahora, es lo que nos ha dejado el virus, pero una cosa es que hayan restricciones, que apenas hayamos podido verla unos minutos, y otra muy distinta es no venir a visitarla en estos días”, declaró doña María Rosado Borges de Alcocer.
Como se dio a conocer en su oportunidad, hoy y mañana continuarán las celebraciones y se oficiarán misas, con cupo limitado, transmitidas por redes sociales.