TORTILLERÍA “LA GLORIA” APORTA A UNA VIDA MÁS PRÁCTICA DE LOS YUCATECOS, CON PANUCHOS CONGELADOS

Con el propósito de aportar a la vida práctica de los yucatecos, pero manteniendo la tradición de la gastronomía estatal, los Panuchos “Giraluna”, poco a poco se han posicionado en el gusto de la población, adaptados al estilo de vida a la que hoy nos enfrentamos como sociedad.

Surgidos en primera instancia, como un producto enfocado al mundo empresarial, actualmente adquieren fuerza como una opción para reunir a la familia, proyecto encabezado por doña Silvia Zel Rodríguez, con 25 años de experiencia en el mundo de las tortillerías.

Cabe señalar que originalmente “Giraluna” es una iniciativa de la señora María Cristina Revora y Allende, quien por cuestiones del destino, en el 2007, iba a cerrar el negocio.

“No es yucateca, pero estaba muy enamorada de los panuchos y fue muy visionaria, todo el mérito de la intención del producto es de ella, cuando me propone traspasarme la marca sumaba entre 10 o 12 años laborando. Nadie pensaba en unos panuchos o unas tortillas congeladas, ella quería que el producto siguiera y estaba buscando a quien traspasarlo, sobre todo que la marca se mantuviera”, expresó Zel Rodríguez.

“Yo como su proveedor tenía mucha relación con ella en cuestiones técnicas de cómo hacerlo y me lo propuso porque habíamos integrado un buen equipo. Acepté gustosa y desde ese momento tengo la marca, el producto cuando ella me lo traspasa estaba enfocado a tiendas de autoservicio, como una manera práctica de hacer panuchos, sin embargo, en el mercado local todavía no había esa cultura de comprar la tortilla congelada de frijol, para luego freír”, agregó.

El negocio cuenta con dos sucursales, una en la colonia Yucatán, y la ubicada en la calle 72, entre 37 y 39 del centro de la ciudad, a media cuadra del ex edificio de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), hoy oficinas del SITUR.

Doña Silvia reveló que al recibir la organización, entonces se enfocaron en hoteles y restaurantes y si bien al principio los chefs se rehusaron, luego vieron el costo beneficio y que los panuchos les hacían la vida más práctica a su personal.

“Lo empezamos a ofertar en nuestros puntos de venta y nos encontramos con gente que nos decían que lo querían llevar a Estados Unidos, a la Ciudad de México, Cancún o Campeche”, indicó.

La caja incluye dos paquetes con 30 tortillas cada uno y de acuerdo con la dueña es un empaque para su venta en establecimientos de autoservicio tipo bodega.

“Nacimos como tortillería ‘La Gloria’ y la marca ‘Giraluna’ la compramos. Ahora, estamos en un proceso de transición para unificar nuestros nombres, se va a llamar ‘La Gloria’, misma presentación, producto y caja, ¿por qué lo hacemos?, porque estaba dirigido al autoservicio, el producto se conoce como los Panuchos Congelados, pero la identidad en nuestro caso es La Gloria, hemos hecho un mercado y ganado un prestigio de muchos años, pensamos que es el momento de hacer la unificación, porque igual manejamos cierta gama de productos especiales, como tortillas para sopes y flautas”, dijo.

Como toda empresa, con la llegada del covid-19 el panorama no resultó satisfactorio, algunos de sus clientes cerraron y no regresaron, además del incremento en los costos del cartón y otros insumos, no obstante, también significó un parteaguas para “Giraluna”.

“La pandemia rompió patrones de conducta y todo lo que queríamos era algo más práctico en casa, tal vez estábamos en una zona de confort, nuestras redes sociales las teníamos sin ser un factor determinante en nuestras ventas, hoy tenemos cambios importantes un área independiente para exhibición de los productos con valor agregado. Hemos notado que la gente ya tiene la cultura, como todo proceso de adaptación, la vida empezó a correr más rápido, los mismos canales de comunicación que tenemos nos han hecho ver que la población busca una opción más pequeña”, apuntó.

“Le ahorramos todo el tiempo de elaboración en el comal, estas tortillas no están hechas en máquina, son 100 por ciento artesanales, tenemos personas y muy jóvenes que continúan estas tradiciones, claro que involucra todo un proceso de producción que hemos adaptado, pero no perdemos ese toque autentico. Los clientes que nos han comprado han visto lo práctico que es, no tienes que preocuparte de hacer la masa, las tortillas, tortear, cocinar en el comal y rellenar con el frijol, optimizamos la mitad del proceso”, añadió.

Zel Rodríguez cuenta con todo un equipo de trabajo dedicado a elaborar las tortillas del panucho, que algunos consumidores conducen al horno de microondas, freidora de aire o la manera convencional con el sartén.

En La Gloria, ya trabajan en una nueva presentación de 30 unidades más familiar, más casera, un producto que cumple con las normas de etiquetado y puede llegar a mantenerse seis meses en congelación, ya que cuidan mucho la cadena de frío, al grado que le han solicitado pedidos que envían vía aérea a diferentes ciudades del país. Capacitan a su personal y están conscientes que la calidad es lo más importante.

Por cierto, muchos extranjeros, sobre todo canadienses que ya radican en Yucatán, los han contactado y adquieren sus panuchos congelados.

“Es uno de los platillos más representativos y versátiles de hoy, nosotros sobre eso estamos ahorita, se ha vendido bien por el ritmo de vida que llevamos, preservar tradiciones gastronómicas yucatecas es un reto, incluso para algunos chefs, afortunadamente hemos tenido mucho turismo, ya que sea que vengan de paseo, el de Convenciones, el médico con Congresos, estamos cerca de la zona hotelera y el CIC, los cocineros han reportado que ganan mucho tiempo es una comida para 500 personas”, manifestó.

Para los que deseen conocer y deleitarse el paladar con esta modalidad de panuchos, un paquete de 30 tortillas se encuentra en 140 pesos, pero si prefieren la caja completa tiene un costo de 260.

“El producto está llegando a un punto donde va a detonar todavía más porque ya no tenemos tanta resistencia al cambio, conservamos la esencia del panucho, quien lo pruebe le va a gustar y cuando hemos logrado llegar a las personas lo compran y vuelven, es seguir con nuestra gastronomía con sus variaciones”, señaló.

“Estamos haciendo algo para aportar a la vida práctica de los yucatecos, manteniendo la tradición, además pretendemos que las nuevas generaciones se involucren, se capaciten para hacerlo, es padre, no se pierde, el panucho vive esa evolución, con qué acompañarlo ya no sólo es el clásico huevo, pollo o carne olida, hoy pueden ser de carne asada, la misma cochinita que ha sido un éxito en la Ciudad de México, relleno negro y hasta queso de bola, con lo que gusten, es más versátil y ya está en el gusto de la gente, así apoyamos a la vida moderna”, finalizó.