Sorprendidos en una brecha tratando de vender borregos sin registro

MÉRIDA.- Tres detenidos y cuatro becerros asegurados fue el saldo que dejó un incidente ayer por la tarde en una brecha del municipio de Tizimín, donde presuntamente se realizaba una operación de compraventa del ganado, pero sin que se tuvieran los registros legales para ello.

Los involucrados fueron vistos por la policía en una brecha de la carretera Colonia Yucatán-San Arturo, pero se pusieron impertinentes tras la intervención de los agentes y fueron enviados a prisión.

De acuerdo con lo que se averiguó, aproximadamente a las 12:30 de la tarde de ayer lunes, al estar en su rutina de vigilancia, agentes de la SSP detectaron una camioneta blanca con placas de Quintana Roo (trasera) y del Estado de México (delantera), la cual llevaba un remolque con logitipo del “Rancho Granajles”, donde había cuatro becerros.

El conductor de la camioneta dijo que se llama Denis U.G.T., de 22 años y con domicilio en la comunidad Solferino del municipio quintanarroense de Lázaro Cárdenas.

Mencionó que los borregos del remolque eran propiedad de su padre, pero no presentó la documentación además de que los borregos carecían de aretes ganaderos.

Estaba acompañado de un sujeto que se identificó como Avelino S.C., de 33 años y con domicilio en Kantunilkín, cabecera del municipio de Lázaro Cárdenas.

En esas estaban cuando llegó el supuesto comprador en una motocicleta, quien se identificó como Roberto A.A.P., de 29 años y con domicilio en el poblado Manuel Cepeda Peraza, de Tizimín.

Este último tenía una bolsa con cinco aretes ganaderos que dijo eran para colocarles a los borregos que iba a comprar.

Tanto el presunto comprador como los supuestos vendedores se pusieron impertinentes, por lo cual fueron detenidos mientras se aclaran los hechos, pues se sospecha de un posible robo por la carencia de documentos y de aretes en los borregos ingresados a Yucatán desde Quintana Roo.

El ganado fue llevado para su resguardo a la Asociación Ganadera Local de Tizimín.

Los vehículos (la moto del comprador y la camioneta de los quintanarroenses) fueron remitidos al corralón de Tizimín.